Los entornos de trabajo pueden ser particularmente estresantes si los empleados tienen que lidiar con:
• Sobrecarga de trabajo. Cuando las empresas reducen su tamaño o tienen problemas para encontrar trabajadores calificados, los supervisores a menudo esperan que sus actuales empleados aporten y satisfagan las necesidades de tiempo y trabajo. El resultado suele ser la sobrecarga de trabajo, lo que aumenta el estrés y la tensión en un equipo que ya está sobreexigido.
• Una cultura trabajólica en la oficina. En algunas organizaciones donde existe un ambiente de mucha presión, la cultura exige que los empleados trabajen largas jornadas y fines de semana, exista o no una necesidad real. Esta cultura está marcada por una competencia intensa y empleados agotados.
• Supervisor difícil. Existen jefes cuyo estilo de liderazgo simplemente no calza con las necesidades profesionales de sus subordinados directos. Algunos supervisores, por ejemplo, creen que el hecho de presionar a su equipo aumentará la productividad cuando la realidad a menudo es justamente lo contrario: se crea una sensación general de temor y preocupación que socava la productividad. Los conflictos con un supervisor difícil constituyen una de las mayores causas de rotación de personal en las corporaciones.
• Colegas negativos. Si una oficina se impregna de un ambiente de desconfianza y desunión, el nivel de estrés aumenta para todos los involucrados. Las causas pueden ser variadas (un choque de personalidades, sobrecargas de trabajo desproporcionadas, comportamiento inadecuado o descortés), pero el efecto negativo es el mismo.
Thursday, October 20, 2011
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